martes, 12 de abril de 2011

El primo de mi novia

Mi nombre es Antonio, tengo 20 años y lo que les voy a contar me paso hace un poco más de un año. Siempre supe que los hombres me atraían sexualmente pero nunca había tenido una experiencia o acercamiento alguno con uno de ellos, más que los del chat y la pornografía que bajaba de internet. Cuando tenía 19 años era novio de una niña llamada Alison, por cierto las niñas también me gusta, pero nunca me he acostado con una, mejor dicho estaba desesperado… jajaja Por esos días José el hermano de mi novia cumpliría años y le organizamos una fiesta en su casa, quien se imaginaria que ese día conocería a una persona muy especial….



Pues bueno, el gran día llego y a eso de las 9 de la noche llego EL PRIMO que hasta ese entonces no conocía pero al cual había escuchado mencionar muchas veces, siendo él, el primo favorito, debo confesarles que era muy lindo y que me cautivo al instante, no sé si lo pude disimular, pero creo que no, porque siendo así no hubiera pasado lo que paso tiempo después. - Mucho gusto… Juanjo - Mucho gusto… ¡¡Antonio!! - Y un apretón de manos dio inicio a una larga historia…. Ese día todo quedo así, yo cautivado y con muchas ganas de saber si a él también le gustaban los niños y rogando a Dios que así fuera, aunque había algo en el que me decía que si. Como es apenas lógico yo visitaba a mi novia casi toda la semana y desde ese entonces las visitas de Juanjo a su prima comenzaron a ser muy frecuentes, así pasaron unos meses y el trato entre nosotros comenzó a ser muy cercano. Con el tiempo nos hicimos muy buenos amigos, nos contábamos todo y hablábamos muchos, pero nunca mencionamos cosas como si a él o a mi nos gustaban los hombres, aunque era casi lógico por la forma como nos hablábamos, es que éramos muy especiales en la forma de tratarnos, y es que dos hombre hetero sencillamente no se hablan de la forma como nosotros lo hacíamos, el gusto era mutuo, esas cosas son imposibles no sentirlas. ¿¿ No era necesario preguntar lo obvio verdad?? Cierto día yo tenía que capar clase de la universidad y por cosas de pura casualidad el también, así que le insinué que fuéramos a escondernos a su finca, y el gustosamente acepto, así que sin más ni más ¡¡nos fuimos para su finca!! compramos algunas cosas para comer y llegamos al sitio que se convertiría en el favorito de toda mi vida. Hasta ese momento ninguno había aceptado que le gustaban los hombres y la ansiedad por lo que fuera a pasar esa tarde me carcomía por dentro, encendimos el equipo de música, la TV y nos sentamos a charlar en el mueble grande de la sala de estar, después de un rato Juanjo se levanto a servirse un poco de agua y yo me recosté en el mueble, cuando regreso donde yo estaba se sentó a mi lado y después se acostó de tal manera que nuestras caras quedaron una frente a la otra y obviamente yo no podía desaprovechar semejante oportunidad y me lance a darle un beso, Ja!! Ojala hubiera sido solo un beso, ese fue el mejor beso que he dado en toda mi vida, es que no les puedo describir esa sensación que recorría toda mi espalda haciéndome sentir cosas que jamás había sentido con los besos que me había dado con muchas mujeres, es que solo recordarlo aun me estremece, ese, puedo decirles a sido el mejor momento de mi vida. Pero la cosa se iba a poner mucho mejor; ese fue el momento en que lo dijimos y por primera vez salió de nuestros labios esa verdad que ya no era necesaria revelar pero que quisimos reconocer.


Fue solo unos minutos después cuando el futuro dueño de mi cuerpo me llevara a una de las habitaciones, ahí comenzó ese juego previo donde los besos son protagonistas y las carisias sus anfitrionas, que sensación la que viví cuando en una de esas caricias tome entre mis dedos su enorme paquete que para ese momento ya estaba creciendo a pasos agigantados, que derroche de placer y lujuria la que se sentía entre esas cuatro paredes, la verdad no pude esperar mucho tiempo y en un arranque de placer me lance en busca de ese trozo de carne que mi mente había imaginado en más de una ocasión y que mis labios estaban aclamando a gritos, oh valla sorpresa la que encontré dentro de sus pantalones, una polla tan enorme que no me basto solo con admirar sino que al instante puse en mi boca para hacerle la manada que siempre me la había soñando y que utilice en mas de una ocasión para hacerme una buena paja, recorrí cada centímetro con mi lengua y lo disfrute paso a paso, no hubo parte de aquella polla que mis labios no besaran y que mi lengua no saboreara, aun siento en mi boca ese sabor tan peculiar y ese olor tan inspirador, estaba aferrado a él como un bebe se aferra a su biberón no quería que se acabara nunca pero era hora de que yo sintiera lo que Juanjo estaba sintiendo y entonces con un solo movimiento su cara se posaba frente a mi pene y su boca comenzó a humedecer toda mi verga que ya estaba a punto de estallar, que delicia como mi pene entraba y sabia de esa boquita cada vez con un ritmo más acelerado, era todo un dios mamándola y mientras lo hacia sus manos acariciaban mi culo como buscando lo que más adelante seria su plato predilecto, era hora entonces de que pasáramos al siguiente paso y sus besos comenzaron a recorrer todo mi cuerpo hasta llegar a mi virginal culo al que comenzó a lamer de tal forma que me hizo retorcer de placer, sentía como su lengua entraba y salía de mi pequeño orificio con un ritmo perfecto, lo único que yo podía hacer era gemir como nunca me imagine hacerlo y aferrarme a la cama para disfrutar de ese inigualable momento, de repente sentí como nuestros cuerpos se acercaban y su enorme pija estaba rosando mi culo y abriéndose espacio entre mi trasero, que combinación tan extraña entre placer y dolo el que se siente en ese momento, lamento desilusionarlos pero ese día no paso, el dolor fue mayor, “ya se, soy un cobarde”, fue entonces que comencé donde el comenzó y mi lengua empezó a preparar a su lindo y enorme culo para que mi verga entrara y se lo devorara hasta dejarlo sin aliento, deslice por unos instantes mi pene sobre su culo y lentamente comencé a penetrarlo, música para mis oídos los gemidos de placer que arrojaba mi sensual amante, estábamos en la gloria y comenzó ese mete y saca cada vez más rápido, con ganas de seguir comiéndomelo sin descansar un solo instante y sin ninguna compasión, sentía mi verga a punto reventar y con el mayor de los gustos vacié dentro de su culo toda la leche que broto desde mis entrañas. Solo unos cuantos besos y un par de abrazos culminaron por esta vez nuestro carnal encuentro, jamás podre borrar de mi mente el olor de su piel y la belleza de sus labios.

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